Después de tres días de trabajo, el Isurus ya está a punto para volver a su hábitat natural. Lo hemos limpiado, lijado, aplicado dos manos de pintura antifouling, cambiado los ánodos y revisado.
Ahora estamos nerviosos por volverlo a meter en el agua.
la hélice impecable y con su ánodo reluciente... |
Rafa dando los últimos retoques... |
pintando las zonas donde esta la cuna que sostenía el barco |
ya en el traveling, dispuesto... |
hasta colgado del traveling es bonito¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ |
a un metro del agua¡¡¡ |
Una vez en el agua, aún con la ropa de trabajo, Rafa y yo nos dirigimos a la bocana para pasar lo que nos queda de tarde navegando. Las condiciones no son las idóneas, pero las ganas nos pueden...
Tenemos unos 15 nudos de viento, con una mar formada que levanta una ola de más medio metro.
Ya en puerto nos sorprende lo rápido que va, salimos a la bocana, empezarnos a movernos por el oleaje. Nos aproamos para izar mayor (dudo si poner un rizo, pero al final la subimos hasta el tope de palo), quito motor (que descanso), genova fuera y A VOLAR¡¡¡¡¡
Guau que bien que va, hacemos unos bordos de ceñida, luchando contra las olas, que rompen por la proa llegando a salpicar en la bañera.
Abrimos el rumbo y bajamos al largo, viendo como acelera en cada rachita, cada vez que orzamos.
En ceñida, con la mayor un poco descargada alcanzamos más de 7 nudos de velocidad GPS (con las prisas no he colocado la corredera)...
7,2 nudos sobre el suelo¡¡¡¡ y con la mayor bastante descargada... |
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