Ruta de la sal 2016
Esta regata era algo especial.
Aunque tengo en mi maleta varias Sales como tripulante, ésta era mi
primera Sal como armador/patrón, tras un par de Petroleras y dos Ophiusas frustradas…
Volvíamos a plantearnos las regatas de altura¡¡¡
Sólo cuatro tripulantes, algo justo para una regata tan larga,
pero todos con muchas ganas e ilusión.
Han sido unos meses de preparación, con su cenit en la última
semana para tener a punto el barco para la travesía.
El miércoles por la tarde por fin, reunión de patrones, meteo, y
recepción de la organización a las tripulaciones.
A dormir temprano para estar frescos para la travesía.
A las ocho en punto de pie, no hemos pegado ojo debido al frio,
pero ya estamos en marcha. Entrego la
hoja de salida en la oficina de regatas y nos disponemos a desayunar.
A las nueve de la mañana, a punto para zarpar. Largamos amarras; tenemos por delante más de
150 millas. La meteo no va a ser muy
favorable, pues se esperan vientos de proa durante todo el recorrido.
Salimos de la bocana, el espectáculo es impresionante, el mar está
lleno de velas, todo es actividad, unos izando, otros afinando trimajes, otros
haciéndose fotos, etc., etc., el ambiente es festivo. Ha salido el sol, aunque hace frio.
Nosotros subimos mayor y nos dirigimos a la barca del comité. Hay muchos barcos en el agua, y no hay que
despistarse.
Prevista señal de atención a las 09:55, ajustamos carros de
genova, nos vamos situando en el barco, y suena el pitido desde la barca del
comité.
Las embarcaciones empiezan a navegar nerviosas, hay poco viento,
apenas cuatro o cinco nudos, damos un par de vueltas por la línea y nos
disponemos a navegarla cuando pitan el último minuto. A nuestro barlovento tenemos al Solete-Gramona,
un GS 50 que puede darnos problemas, a nuestro sotavento, el Bandit, un First
36,7 de Port Ginesta…espero que el GS no quiera largar la línea y nos meta en
compromisos… cerramos rumbo en el momento justo de la salida y navegamos en
ceñida sin incidencias.
No podemos hacer mucho ángulo debido a que el viento es muy suave,
pero el Isurus va avanzando sin dificultad.
Miro hacia atrás y me encuentro con el tremendo espectáculo de ver
a toda la flota a nuestra popa….aunque poco a poco las grandes esloras nos van
alcanzando.
Vemos como parte de la flota vira para tomar el bordo tierra, pero
nosotros optamos por continuar siguiendo al viento, en una ceñida cómoda y con
viento flojo.
Van transcurriendo las horas, llega la tarde y mantenemos el
rumbo. Estamos en el paralelo de
Cambrils, cuando tenemos que maniobrar a un carguero que encontramos en rumbo
de colisión.
Empieza a subir el viento, aunque se mantiene en dirección… y así
nos alcanza la noche, que gracias a la magnífica luna llena nos va alumbrando
rumbo a Ibiza.
Sólo nos acompaña la estela brillante de la luna sobre la mar, y
poco a poco, al unísono que el viento, van aumentando de intensidad.
Tanto es su intensidad, que la navegación se torna difícil, con
oleaje y rachas de viento fuerte. Vemos
la figura de la petrolera a nuestro babor, a distancia y manteniendo el rumbo.
Decidimos poner un rizo de genova para controlar mejor el barco,
ya que de tanto en tanto pinchamos alguna ola.
Sólo tenemos un barco a la vista, al que vamos alcanzando hasta
que realiza una virada y se aparta de nuestro rumbo.
Las guardias, de dos horas, se suceden sin parar hasta que vemos
la primera claridad del amanecer.
Estamos cansados por el esfuerzo y la tensión debido a las duras
condiciones que nos encontramos.
Hemos alcanzado verdaderos records de velocidad, durante horas no
hemos bajado de los 7 nudos y hemos visto más de 8 en la corredera.
Al cabo de unas horas las condiciones se suavizan, nos parece ver
la isla en el horizonte.
Poco a poco, conforme va avanzando el día, la intensidad del
viento se hace insuficiente para desplazar al Isurus, entrando en una zona de
calmas al norte de la isla, a unas veinticinco millas; aunque seguimos
avanzando lentamente.
A partir del mediodía ya ha caído por completo. Observamos al Trasgo y al Sonsoles que vienen
por detrás y que se han encontrado también con la encalmada. Se suceden las retiradas.
Finalmente, a las 16 horas del viernes 25 decidimos la
retirada. Llevamos 30 horas de
navegación con guardias intensivas y condiciones duras de mar y viento. Me propongo entrar en puerto con luz diurna
–aunque no lo conseguimos- entrando en el Club Nautic de Sant Antoni a las 22
horas. Cruzamos la línea de llegada,
situada en la enfilación del cabo Negret con la luz de la Isla Conejera a las
20 horas.
Me ha sorprendido navegar durante tantas horas sin ningún barco a
la vista.
La rueda de comunicación prevista por la organización para las 20
horas del día 24 no se produjeron, provocando un desconocimiento de la
situación de la flota.
He tenido la suerte de compartir esta experiencia con Álvaro,
Ricardo y Ana.
Álvaro, impecable al timón. Solvente con los rumbos y compañero de
muchas horas en la mar.
Ricardo, colaborador indispensable y hombre de las mil manos, manteniendo
la tensión durante toda la regata.
Ana, las comunicaciones y el posicionamiento de la flota son su
dominio.
Entre todos hemos conseguido disfrutar navegando, dejando atrás los
malos ratos y sumando lo positivo.
Tengo un mal sabor de boca por la retirada. Como siempre, al
minuto de comunicar la decisión a la organización, me arrepiento.
He propuesto al equipo, eliminar esta opción salvo para
situaciones de fuerza mayor… RETIRARSE
NUNCA SERÁ UNA OPCIÓN EN EL ISURUS¡¡¡
La próxima llegaremos…
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